"Estamos muy contentos porque la venta marcha bien. Somos pueblerinos: hemos nacido aquí y aquí vivimos siempre. Pertenecemos a la comunidad indígena y queremos abrir nuestro corazón a todos los que nos visitan. Que estén contentos y se vayan contentos de aquí". Tomando con firmeza el carrito, Segundo Baltazar Albarracín, de 59 años, paseaba por la plaza San Martín, de Amaicha del Valle, junto con su esposa, Olga María Magazín. Sus empanadas, cocidas en horno de barro y a leña, y a sólo dos pesitos, son famosas en la zona y en el mundo. Sí, en el mundo.
"Hago las empanadas y las vendemos aquí desde hace 14 años. En esta época generalmente se vende mucho, pero estos días aún más, por el rally. Desde esta mañana hasta el mediodía vamos para las 400 empanadas vendidas. Y queda mucho todavía", comentó Olga.
Por internet
Don Segundo apuntó que los extranjeros figuran entre los clientes más fieles. "El año pasado uno nos compró y le gustó tanto que nos pusieron por internet. Después vinieron otros que no conocíamos y nos decían: ?¡ah, ustedes son los de internet!? Aquí hay algunos que se vienen desde sus países todos los años", agregó Olga, muy orgullosa.
Ella contó que, por ahora, solamente hornea empanadas de pollo -"la carne está incomprable"- y afirmó que las actividades deportivas y culturales masivas ayudan mucho a la economía amaicheña. "Nuestros hijos viven en la ciudad. Aquí vivimos con mis padres: 86 años mi papito y 83 mi mamita. Gente de antes, criada con leche de burro y de cabra, con maíz, con zapallo al horno, batata asada. Lo lindo de Amaicha es que se pueden dejar las puertas abiertas sin que nada pase. Yo puedo dejar el carro aquí y al día siguiente encontrarlo en el mismo lugar. Por todo eso hay gente que se ha venido a vivir aquí, enamorada", presumió Don Segundo.